No hay nada más grato que disfrutar de una taza de café, ya sea solo o en compañía, puede ser una experiencia verdaderamente reconfortante. El aroma, el sabor y la sensación de calidez que proporciona el café pueden hacer que incluso los momentos más simples se conviertan en algo especial.

Soy fiel creyente que la frase icónica que marcó la infancia y juventud de muchos en Colombia durante los años 80 y 90 “Tomémonos un tinto, seamos amigos” de aquella marca reconocida de café, quedó en la memoria de todos y sin pensarlo lo ponemos día a día en práctica como parte de nuestro ritual cafetero. Pero para mí especialmente, es un placer visitar los diferentes cafecitos alrededor del mundo y por supuesto en pueblos pequeños que tienen lugares tan hermosos para degustar esta bebida.

Sin embargo, mi historia genealógica cuenta que mis abuelos eran paisas y expertos cafeteros que exportaban este grano hace muchos años, de ahí el amor por esta bebida que es también además un sello representativo de Colombia en el mundo entero por ser una de las mejores. Es definitivamente algo que va muy ligado a mí vida, familia y nacionalidad.

El café también nos ayuda a despertar por las mañanas, ya sea fría o caliente es un producto elemental en la canasta familiar de casi todo el mundo, pero más allá de esto, sus bondades se ven reflejadas en la belleza femenina por su componente de cafeína, que aplicada sobre la piel posee la capacidad de reactivar la circulación sanguínea, facilitando la rotura de los cúmulos de tejidos grasos y aumentando los niveles de moléculas que queman las grasas en el cuerpo.

Es un perfecto exfoliante natural para combatir la celulitis o piel de naranja, además sus propiedades cosméticas ayudan a eliminar las células muertas de nuestra piel, dejándola suave y renovada.

En Colombia esta bebida no puede faltar en ninguna reunión familiar o laboral o para una tarde de amigas y es representativo por supuesto del Eje Cafetero. En mi paso por esta región, aprendí a hacerme mi propia mascarilla y por supuesto que la pongo en práctica cada vez que puedo. Hoy te la quiero compartir para que le saques el máximo provecho:

1. Tomando el café molido que queda en el filtro después de su preparación, se puede hacer en la ducha un gran exfoliante mezclado con un poco de acondicionador de pelo o para mayor hidratación de la piel con aceite de almendras.
2. Luego frotamos en movimientos circulares en la zona del abdomen, los muslos y glúteos donde hay mayor tejido adiposo. Este exfoliante de café es ideal para combatir la celulitis, ya que el café estimula la circulación sanguínea y ayuda a eliminar las toxinas acumuladas en la piel. Además, si le añades azúcar morena, esta actuará como un suave scrub.
3. Los guantes de crin son ideales para este ritual de belleza pues ayudan a estimular la circulación. ¡Recomiendo enjuagar con agua fría para mayor cuidado de la piel!

Otra mascarilla recomendada para el cuidado del rostro es la de café con yogurt y miel, además de dejar la piel muy suave, nos otorga una apariencia de porcelana. Aquí te comparto su preparación:

Ingredientes

1 cucharada de café instantáneo (10 g).

5 cucharaditas de miel (25 g).

2 cucharadas de yogur (20 g).

Preparación

Solo tienes que mezclar todos los ingredientes y aplicar sobre el rostro limpio.  

Deja reposar por 20 minutos y enjuaga con agua tibia, dando un masaje.

Por último, aplica tu crema hidratante preferida.

Si tu propósito es consentir siempre la piel, sin duda con estos tips que son muy cercanos y fáciles de hacer, lo puedes lograr. Recuerda que esto debe hacer parte de tus hábitos de belleza además del cuidado en la alimentación y descansar bien. ¡Tú piel lo agradecerá!

Y para terminar te recuerdo que no hay nada mejor que los Tips de Kika y una taza de café, son una perfecta combinación. Si aún no tienes tu libro, te invito a comprarlo en el siguiente link 

Con cariño… Kika