¡Desde España con amor!

¡Desde España con amor!

· By Kika Rocha

¡Desde España con amor!

Hace unos días, mientras me encontraba en un viaje de trabajo por España, tuve una conversación muy especial con mi amiga y colega de años, Teresa Aranguez, en la hermosa Plaza Mayor de Madrid. Entre risas y recuerdos, surgió el tema de los cuidados de belleza que ambas hemos explorado a lo largo de nuestras trayectorias, pero esta vez con un toque especial: los secretos naturales de la abuela de Teresa. 

 

 

Teresa me relató cómo su abuela Sacramento Rodríguez, con un espíritu casi alquimista, utilizaba los pétalos de rosa de su propio jardín para crear tónicos y mascarillas que dejaban aún su piel suave y luminosa. La rutina comienza con una sencilla pero efectiva infusión de pétalos frescos, los cuales han caído de su jardín y por 24 horas de estar en agua, los utiliza como tónico para limpiar e hidratar el rostro. Según Teresa, este ritual no solo es un mimo para la piel, sino también un momento de conexión con la naturaleza y la tradición familiar.

La señora Sacramento Rodríguez

 

Teres y su abuelita Sacramento Rodríguez

 

El agua de rosas combina la frescura hidratante del agua con el delicado aroma y la suavidad de las rosas. Este elixir natural ofrece numerosos beneficios para la piel del rostro, y aquí te cuento según los Tips de Kika, cómo puede transformarla:

  • Rica en vitamina C: Ayuda a unificar el tono de la piel y reduce la aparición de manchas, devolviendo luminosidad al rostro.
  • Vitaminas B y E: Funciona como un tónico natural que elimina impurezas, dejando la piel suave, hidratada y revitalizada.
  • Prevención del envejecimiento: Gracias a su pureza y propiedades naturales, retrasa la aparición de líneas de expresión y conserva un aspecto juvenil.
  • Versatilidad en su uso: Ideal como tónico, limpiador, tratamiento para el cabello o incluso como agua relajante, el agua de rosas es un aliado completo para tu rutina de cuidado.

 

Rosas naturales de su jardín

 

Además, su capacidad para hidratar y calmar la piel aporta una sensación única de frescura y relajación, convirtiéndola en un imprescindible para cualquier tipo de piel.

 

Teresa aplicando el agua de rozas 

 

 

Otro de los ingredientes estrella en la receta de su abuela es el aceite de oliva extra, un tesoro mediterráneo conocido por sus propiedades antioxidantes e hidratantes. “Mi abuela lo usa como un bálsamo para el rostro y lo aplica con la yema de los dedos haciendo toquecitos suaves alrededor de los ojos haciendo masajes también en la zona de las ojeras”. Este sencillo gesto es su secreto para mantener la piel tersa y nutrida, incluso en los inviernos más fríos de Madrid.

 

Aceite de Oliva Extra

 

 

Su mamá María Teresa Díaz aplicando el aceite de oliva

 

Mientras compartíamos estos consejos ancestrales, pensé en lo maravilloso que es volver a lo natural, a esos remedios que han pasado de generación en generación y que siguen siendo tan efectivos. En un mundo saturado de productos comerciales, estas recetas caseras nos invitan a redescubrir el lujo de lo simple, ese que viene del corazón y de la naturaleza misma. Aquí recordé que, gracias a los consejos de mis abuelas, existen hoy los Tips de Kika.

 

 

 

Charlar con Teresa fue como viajar en el tiempo y descubrir un baúl lleno de inspiración. Sus palabras me recordaron que la belleza no está solo en los productos que aplicamos, sino en esos pequeños rituales que añadimos a nuestra rutina y en las historias que nos conectan con nuestras raíces. Al final, cuidarnos es también un acto de celebrar quiénes somos y de dónde venimos.

Aquí en compañía de Teresa

 

 

Desde Madrid, con aroma a rosas y gotas de aceite de oliva, este es un homenaje a las abuelas que nos enseñan que la verdadera belleza comienza en casa.

 

Con cariño… Kika

 

 

 

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